Los terrores nocturnos son episodios que pueden resultar inquietantes tanto para los niños como para los padres. A menudo ocurren durante las primeras horas de la noche y se caracterizan por que el niño se despierta de manera repentina, con gritos o llanto, y parece estar en un estado de angustia, aunque no está completamente consciente. Es importante saber que, aunque estos episodios pueden parecer alarmantes, no son dañinos y suelen ser una etapa temporal.
Los terrores nocturnos son una forma de trastorno del sueño que afecta a algunos niños, especialmente entre los 3 y 7 años. A diferencia de las pesadillas, los terrores nocturnos ocurren durante las fases más profundas del sueño y el niño puede no recordar nada al despertar. Aunque la causa exacta no siempre se conoce, están asociados con la inmadurez del sistema nervioso, fatiga excesiva, estrés o cambios en la rutina.
Si tu hijo experimenta terrores nocturnos, aquí te compartimos algunas estrategias que pueden ser de ayuda para minimizar estos episodios:
En la mayoría de los casos, los terrores nocturnos disminuyen con el tiempo. Sin embargo, si los episodios son muy frecuentes o afectan significativamente el bienestar del niño o de la familia, es recomendable consultar con un especialista en sueño infantil o un pediatra. Ellos pueden ofrecerte herramientas y estrategias adicionales para gestionar estos momentos.
Recuerda que los terrores nocturnos son una etapa temporal en el desarrollo infantil. Con paciencia, amor y las estrategias adecuadas, podrás ayudar a tu hijo a superarlos y asegurar que tenga noches más tranquilas.