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SER MONTESSORI

Presencia que no dirige, pero sostiene

Una de las transformaciones más profundas que propone Montessori no tiene que ver solo con los materiales o el ambiente, sino con el papel del adulto.

Ser un adulto Montessori es aprender a estar sin invadir, a observar antes que intervenir, a confiar en lugar de controlar.

Este mes lo vivimos de manera tangible:

  • En Casa de Niños, los padres se sorprendieron al ver cuánto han avanzado sus hijos en autonomía, lenguaje y concentración. El trabajo con materiales concretos hizo visible el aprendizaje, y les permitió observar cómo sus hijos piensan, eligen y resuelven sin necesidad de guía directa.
  • En Taller II, los niños demostraron cómo los grandes temas —como la anatomía o la economía— pueden abordarse con profundidad cuando hay motivación interna. La tiendita y las disecciones fueron experiencias de aprendizaje real y emocionalmente significativas.
  • En la Comunidad de Adolescentes, la Semana del Trabajo fue una oportunidad para que los jóvenes asumieran roles reales en la sociedad. Y para que los adultos confiaran en su capacidad de aportar con responsabilidad.

Montessori no es solo una pedagogía. Es una forma de mirar a cada niño y adolescente con respeto, confianza y fe en su desarrollo.

Y desde casa, también podemos vivirlo.

¡Revisa nuestras recomendaciones del mes para descubrir cómo!